La primera vez que viajé a Japón, uno de los lugares que más me emocionó visitar fue Hiroshima.
En esa ciudad está el monumento a Sadako Sasaki, donde personas de todo el mundo envían sus millares de grullas sumando su profundo deseo de PAZ.
Desde ese día, quise cumplir con la leyenda popular japonesa de las MIL GRULLAS (千羽鶴/ Semba-Tsuru) para enviar un ruego por un mundo sin más violencia, guerras ni armas atómicas.